¿Por que será que nos lamentamos tanto cuando
nos decepcionamos, perdemos y erramos?
El mundo no acaba cuando nos engañamos;
cambia, tal vez, de dirección.
Pero necesitamos sacar partido de nuestros errores.
¿Por qué todo tendría que ser correcto,
coherente, sin fallas?
Las caídas hacen parte de la vida y de nuestro
aprendizaje de ella.
De que duele, duele. ¡Ah! ¡Eso no se puede negar! …
Un día mi madre me preguntó ¿cuál era la parte más importante del cuerpo? A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta.
Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije,
- "Mis oídos, Mamá". Ella dijo:
"No, muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente." Pero …
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el …
Cuando alguien nos falla...
primero tenemos que analizar,
si es que realmente nos fallan
o si somos nosotros los que fallamos.
Quizás, exigimos más
de lo que los demás pueden ofrecernos,
-posiblemente-
nos exigimos demasiado a nosotros mismos
y pensamos que todas las personas son iguales.
La mejor noticia que podemos recibir cada mañana es la de que aún continuamos con vida; sin embargo, lo más probable es que esta mañana usted haya abierto los ojos, se haya levantado apresuradamente y, aunque suene ilógico, se haya percatado de todo, menos de que aún esta vivo.
¿Cuál es la diferencia entre vivir inconsciente de que …
Todos buscamos razones para vivir: la familia, los hijos, los amigos, la novia o el novio, la esposa o el esposo, el trabajo, el deporte... en fin, diferentes cosas que nos parecen importantes en el desarrollo de nuestros momentos de felicidad; pero, ¿será una razón correcta?.
Te daré mi consejo: Nunca busques en aquellas una razón ya que todas aquellas cosas o personas algún día te …
Me acostumbré a tus palabras,
como el viento a la primavera.
Me acostumbré a tus ojos apagados
por la deseperanza,
a tu voz con distancia,
a tu caricia contenida
en la estela del recuerdo.
Al todo o nada y nada y todo.
Me acostumbré a jugarme la vida
en una palabra
sin saber de mi mismo,
a preguntarle a mi corazón
sin saber si consentía.
Había una vez dos bellas princesas que siendo aún pequeñas, habían sido raptadas por un rey enemigo. Éste había ordenado llevarlas a un lago perdido, y abandonarlas en una pequeña isla, donde permanecerían para siempre custodiadas por un terrible monstruo marino.
Sólo cuando el malvado rey y su corte de brujos y adivinos …