De nuevo lo mismo de ayer,
las mismas calles, la misma gente,
la misma sonrisa, las mismas cosas.
Todo es igual, es igual mi nostalgia.
Todo es igual a ayer,
y tal vez todo sea a igual a mañana.
Todo es igual, nada cambia.
El mismo espejo en el que miro mi rostro,
la misma luz que alumbra mi almohada,
el mismo reloj, la misma cama.
Todo es igual, nada cambia.
Un escritorio, un teléfono,
un café a las cuatro,
y para no perder la costrumbre
unas cuantas carcajadas.
Un cumplimiento de horario
y un chau, hasta mañana.
Y de nuevo sola.
Todo es igual... nada cambia.
Nada cambia, porque yo no cambio.