Cuando necesitamos ayuda y consuelo, a menudo acudimos a un amigo íntimo en busca de palabras compasivas y de apoyo. Pues bien, ningún amigo es tan accesible como Jehová. Él es "una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias". (Salmo 46:1.) Como "el Dios de todo consuelo", comprende por lo que estamos pasando mejor que nadie. (2 Corintios 1:3, 4; Salmo 5:1; 31:7.) Y muestra verdadera empatía y compasión por los que se hallan en una situación desesperada. (Isaías 63:9; Lucas 1:77, 78.) Al ver a Jehová como un amigo comprensivo, nos sentimos libres de hablarle con fervor y contarle nuestros temores e inquietudes más profundos. De este modo experimentamos por nosotros mismos cómo `las propias consolaciones de Jehová empiezan a acariciar nuestra alma'. (Salmo 94:18, 19.)
Es posible que de vez en cuando nos sintamos indignos de dirigirnos a Dios a causa de nuestros errores. Pero, ¿qué pasaría si un amigo íntimo pecara contra usted y le suplicara perdón? ¿No se sentiría impulsado a consolarlo y tranquilizarlo? ¿Por qué esperar menos de Jehová? Él perdona generosamente a sus amigos que pecan como consecuencia de la imperfección humana. (Salmo 86:5; 103:3, 8-11.) Sabiendo esto, no nos contenemos de confesarle francamente nuestros errores; podemos contar con su amor y misericordia. (Salmo 51:17.) Si estamos deprimidos debido a nuestras deficiencias, hallaremos consuelo en las palabras de 1 Juan 3:19, 20: "En esto conoceremos que nos originamos de la verdad, y aseguraremos nuestro corazón delante de él respecto a cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas".
Pero no tenemos que estar en una situación desesperada para beneficiarnos del cariño e interés de Dios. Jehová se preocupa por todo lo que pudiera afectar nuestro bienestar espiritual y emocional.
Por eso, nunca debemos pensar que nuestros sentimientos, pensamientos e inquietudes son demasiado triviales para mencionarlos en las oraciones. (Filipenses 4:6.) ¿Acaso cuando estamos con un amigo íntimo hablamos solo de los sucesos trascendentales de nuestra vida? ¿No compartimos también las preocupaciones de relativamente poca importancia? De la misma manera, podemos sentirnos libres de hablarle a Jehová de cualquier faceta de nuestra vida, pues sabemos que `él se interesa por nosotros'. (1 Pedro 5:7.)
Por otra parte, no es probable que una amistad perdure si uno habla únicamente de sí mismo. Nuestras oraciones, igualmente, no deben ser egocéntricas. También debemos expresar en ellas nuestro amor a Jehová y nuestra preocupación por sus intereses. (Mateo 6:9, 10.) No debemos valernos de la oración solamente para pedir ayuda a Dios, sino también para darle gracias y alabarlo. (Salmo 34:1; 95:2.) `Adquirir conocimiento' mediante el estudio personal regular nos ayudará en este aspecto, ya que nos permite familiarizarnos con Jehová y sus caminos. (Juan 17:3.) Es sumamente útil leer el libro de Salmos y observar cómo le hablaron a Jehová otros siervos fieles.
La amistad con Jehová es, efectivamente, un don precioso. Que siempre demostremos cuánto lo agradecemos haciendo nuestras oraciones aún más íntimas, sinceras y personales. Así disfrutaremos de la felicidad a la que se refería el salmista cuando dijo: "Feliz es aquel a quien tú escoges y haces que se acerque". (Salmo 65:4.)